la ciberguerra
Flame es muy sofisticado, es toda una conjunción de programas –“el Microsoft Office del malware”, le llama Rushkoff- que realiza múltiples tareas de espionaje y sabotaje: graba conversaciones, permite control remoto del ordenador, tiene Bluetooth que se adueña de los teléfonos móviles próximos, copia y transmite datos a distancia, se va actualizando, es indetectable por los antivirus hoy existentes... Supone, según los expertos, el arma más maligna jamás inventada hasta ahora en la ciberguerra.
Han sido las recientes declaraciones de Eugene Kaspersky quien nos ha puesto detrás de esta interesante hipótesis, al parecer el virus mas letal jamás conocido se ha dado a conocer por el Sr. Eugene, era capaz de capturar datos, modificar registros, grabar conversaciones obtener números de teléfonos... un virus diseñado para empezar una guerra a gran escala, y muy posiblemente detrás de este engendro se encuentre alguna organización secreta internacional.
¿Qué pasaría si un virus de ese nivel hubiese infectado los sistemas económicos de Occidente?... esta crisis esta provocada a golpe de ratón... os animamos a escuchar la interesante teoría que barajamos en este vídeo.
La polémica desatada por el descubrimiento de Flame tiene dimensión mundial. Douglas Rushkof ha formulado la pregunta clave: “¿Cómo puede impedirse que programas malignos como el Flame pueden ser usados contra poblaciones civiles o incluso por poblaciones civiles? (...) Las mismas tecnologías que permiten a Estados Unidos e Israel zancadillear el programa nuclear iraní puedan permitir, por ejemplo, a sindicatos del crimen de Europa del Este interferir en la actividad bancaria de cualquiera de nosotros”.
Tras el descubrimiento de Flame, Microsoft, a través de su director de seguridad, Mike Reavey, ha informado que se ve obligado a reforzar la seguridad en todos sus sistemas operativos y programas de Windows.
PS del 8 de junio de 2012. Tan solo la Fuerza Aérea de Estados Unidos ya cuenta con 7.000 ciberguerreros en bases de Texas y Georgia, según The New Yorker. ¿Cuántos más habrá en otros departamentos del Pentágono, la CIA y otros órganos del Gobierno federal estadounidense?
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